miércoles, 7 de septiembre de 2016

ADOLESCENCIA

 Quinta etapa

Este rostro en el espejo me mira fijamente y pregunta: ¿Quién eres? ¿En qué te convertirás? Y se burla. Ni siquiera lo sabes. Escarmentada, me avergüenzo y lo acepto y luego sólo porque aún soy joven le saco la lengua
 —Eve Merriam, “Conversation with Myself”, 1964.

IDENTIDAD VS CONFUSIÓN DE IDENTIDAD

Quinta etapa del desarrollo psicosocial de Erikson, en la cual el adolescente trata de desarrollar un sentido coherente de su yo que incluya el papel que debe desempeñar en la sociedad. También se conoce como identidad frente a confusión de roles.


La principal tarea de la adolescencia, decía Erikson (1968), es confrontar la crisis de identidad frente a confusión de identidad, o identidad frente a confusión de roles, de modo que pueda convertirse en un adulto único con un coherente sentido de yo y un rol valorado en la sociedad. Cuando los jóvenes tienen dicultades para decidirse por una identidad ocupacional  —o cuando sus oportunidades se ven articialmente limitadas están en riesgo de presentar conductas con graves consecuencias negativas, como la actividad delictiva.  Según Erikson, la moratoria psicosocial, la pausa que proporciona la adolescencia, permite a los jóvenes buscar causas con las que puedan comprometerse. Los adolescentes que resuelven satisfactoriamente la crisis de identidad desarrollan la virtud de la delidad, es decir, lealtad, fe, o un sentido de pertenencia a un ser querido o a los amigos o compañeros. La delidad también puede ser una identicación con un conjunto de valores, una ideología, una religión, un movimiento político, una empresa creativa o un grupo étnico (Erikson, 1982). La fidelidad es una extensión de la confianza. En la infancia, es importante confiar en los demás para superar la desconfianza; en la adolescencia adquiere valor ser digno de confianza. Los adolescentes extienden su confianza a los mentores y seres queridos. Al compartir pensamientos y sentimientos, el adolescente vislumbra una identidad tentativa cuando la ve reflejada en los ojos del ser querido. Sin embargo, esas intimidades adolescentes difieren de la intimidad madura, la cual implica responsabilidad, sacrificio y compromiso. Erikson consideró que el principal peligro de esta etapa era la confusión de identidad o de roles, que puede demorar en gran medida la obtención de la adultez psicológica. (Él mismo no resolvió su crisis de identidad hasta los 25 o 26 años). Cierto grado de confusión de la identidad es normal. De acuerdo con Erikson, eso explica la naturaleza en apariencia caótica de buena parte de la conducta del adolescente y su dolorosa timidez. 


No hay comentarios.:

Publicar un comentario