Hola!! Bienvenidos
en este Blogger se hablarán acerca de las 8 etapas de Erick Erickson ya que nos
habla acerca de cómo se van desarrollando las características de los
individuos o bien de cómo van cambiando sus pensamientos de acuerdo a sus
edades. Con el fin de conocer las cualidades del individuo y poder
orientarlo o ayudarlo en su desarrollo social, emocional y cognitivo.
Gracias
por su atención, espero que el tema sea de su agrado.
Erick Erickson
PRIMEROS TRES AÑOS
Primera etapa
El
juego es la respuesta a la pregunta ¿cómo llegan a ocurrir las cosas nuevas?
— Jean
Piaget.
CONFIANZA
VS DESCONFIANZA
Según Erikson, primera etapa del desarrollo psicosocial, en la cual los
infantes desarrollan un sentido de confiabilidad de personas y objetos.
La
primera de las ocho etapas de desarrollo psicosocial propuestas por Erikson es la de confianza
básica frente a desconfianza básica. Esta etapa comienza en la infancia y
continúa más o menos hasta los 18 meses. En este periodo, los bebés desarrollan
un sentido que les permite detectar el nivel de confiabilidad de las
personas y los objetos de su mundo.
Necesitan desarrollar un equilibrio entre la confianza (que les permite formar relaciones íntimas) y
la desconfianza (que los habilita para protegerse). Si predomina la confianza,
como debería ser, los niños desarrollan la virtud de la esperanza: la creencia
de que pueden satisfacer sus necesidades y cumplir sus deseos (Erikson, 1982).
Si predomina la desconfianza, los niños verán al mundo como un lugar poco
amistoso e impredecible y les resultará difícil establecer relaciones. El
elemento crucial para el desarrollo de la confianza es un cuidador delicado, sensible, y
constante. Erikson consideraba que el momento de la alimentación era el
escenario para establecer la mezcla correcta de confianza y desconfianza. ¿Puede
el bebé contar con que será alimentado cuando tenga hambre y por ende puede
confiar en la madre como representante del mundo? La confianza permite al bebé
dejar que la madre salga de su vista “porque se ha convertido tanto en una
certeza interna como en un pronóstico externo” (Erikson, 1950).
AUTONOMÍA VS VERGÜENZA Y DUDA
Segunda etapa en el desarrollo psicosocial propuesto por Erikson, en la que los niños
logran un equilibrio entre la autodeterminación
y el control de otros.
Erikson
(1950) identificó el periodo entre los 18 meses y los tres años como la segunda etapa del
desarrollo de la personalidad, autonomía frente a vergüenza y duda, la cual se
caracteriza por un cambio del control externo
al autocontrol . Una vez que salieron de la infancia con un sentido de
confianza
básica en
el mundo y una incipiente conciencia de sí mismos, los niños empiezan a sustituir el juicio de sus cuidadores por el suyo propio.
La virtud que emerge en esta etapa es la voluntad. El entrenamiento en el
control de esfínteres es un paso
importante hacia la autonomía y el autocontrol. También el lenguaje; a medida
que los niños son más capaces de dar a conocer sus deseos, se vuelven más
poderosos. En opinión de Erikson, puesto que la libertad ilimitada no es segura
ni saludable, la vergüenza y la duda son necesarias. Los niños pequeños
necesitan que los adultos establezcan límites apropiados y la vergüenza y la
duda los ayudan a reconocer la necesidad de esos límites.
NIÑEZ TEMPRANA
Tercera etapa
El periodo entre los tres y los
seis años es fundamental en el desarrollo psicosocial de los niños. En este
capítulo analizaremos la comprensión que tienen los niños preescolares de sí
mismos y de sus sentimientos. Veremos cómo surge su sentido de identidad
masculina o femenina y cómo repercute en su conducta. Describiremos la
actividad a la que se suelen dedicar los niños la mayor parte de su tiempo en
los países industrializados: el juego. Estudiaremos la influencia, para bien o
para mal, de lo que hacen los padres. Por último, analizaremos las relaciones
con los hermanos y otros niños.
El
juego da a los niños la oportunidad de practicar lo que están aprendiendo…
Tienen que jugar con lo que saben que es verdad para descubrir más, y luego
pueden usar lo que aprenden en nuevas formas de juego.
—Fred
Rogers (1983).
INICIATIVA VS CULPA
Tercera etapa del desarrollo
psicosocial propuesto por Erikson, en la cual los niños equilibran el impulso
por perseguir metas con las reservas acerca de hacerlo.
La necesidad de lidiar con sentimientos contradictorios
acerca del yo está en el centro de la tercera etapa del desarrollo de la
personalidad identificada por Erikson (1950): iniciativa frente a culpa. El conflicto
surge del deseo cada vez mayor de planear y realizar actividades y de los
crecientes remordimientos de conciencia ante ese deseo. Los niños de edad
preescolar pueden —y quieren—, hacer cada vez más cosas. Al mismo tiempo están
aprendiendo que algunas de esas cosas obtienen aprobación social pero otras no.
¿Cómo concilian su deseo de hacer con su deseo de aprobación? Este conflicto
marca una división entre dos partes de la personalidad: aquella en la que se
sigue siendo un niño, llena de exuberancia y de deseo de intentar cosas nuevas
y probar diferentes competencias, y la parte que se está convirtiendo en
adulto, que examina de manera constante lo adecuado de los motivos y acciones.
Los niños que aprenden cómo regular esas pulsiones contrarias desarrollan la
virtud del propósito, el valor de prever y perseguir metas sin inhibirse
demasiado por la culpa o el temor al castigo (Erikson, 1982).
NIÑEZ MEDIA
Cuarta
etapa
Los niños desarrollan un autoconcepto más realista. A través
de la interacción con los pares hacen descubrimientos acerca de sus actitudes,
valores y habilidades. El tipo de hogar en que vive un niño y las relaciones
que se establecen en él tienen un efecto profundo en el desarrollo psicosocial.
Examinaremos algunos problemas de salud mental así como también algunos casos
de niños resilientes, quienes pueden emerger con salud y fortaleza de
situaciones de estrés.
¿Alguna vez has sentido que no
eres nada? Como una minúscula partícula en el aire. Cuando todos te rodean y tú
ni siquiera estás ahí.
—Karen Crawford, nueve años.
LABORIOSIDAD VS INFERIORIDAD
Cuarta etapa del desarrollo
psicosocial propuesto por Erikson, en
la cual los niños deben aprender las habilidades productivas que requiere su cultura o enfrentar
sentimientos de inferioridad.
De acuerdo con Erikson (1982), un determinante importante de
la autoestima es la opinión que tienen los niños de su capacidad para el
trabajo productivo. Esta cuarta etapa del desarrollo psicosocial se enfoca en
la laboriosidad frente a la inferioridad. La niñez media es el momento en que los
niños deben aprender habilidades valoradas en su sociedad. La virtud que sigue
a la solución exitosa de esta etapa es la competencia, la idea de que uno es
capaz de dominar habilidades y completar tareas. Si los niños se sienten
inadecuados en comparación con sus pares, pueden replegarse al abrazo protector
de la familia. Por otro lado, si se vuelven demasiado laboriosos pueden
descuidar las relaciones sociales y convertirse en adictos al trabajo. Los
padres ejercen una fuerte influencia en las creencias del niño acerca de la competencia.
ADOLESCENCIA
Quinta
etapa
Este rostro en el espejo me mira
fijamente y pregunta: ¿Quién eres? ¿En qué te convertirás? Y se burla. Ni
siquiera lo sabes. Escarmentada, me avergüenzo y lo acepto y luego sólo porque
aún soy joven le saco la lengua
—Eve Merriam, “Conversation with Myself”, 1964.
IDENTIDAD VS CONFUSIÓN DE IDENTIDAD
Quinta etapa del desarrollo psicosocial
de Erikson, en la cual el adolescente trata de desarrollar un sentido coherente
de su yo que incluya el papel que debe desempeñar en la sociedad. También se
conoce como identidad frente a confusión de roles.
La principal tarea de la adolescencia, decía Erikson (1968),
es confrontar la crisis de identidad frente a confusión de identidad, o
identidad frente a confusión de roles, de modo que pueda convertirse en un
adulto único con un coherente sentido de yo y un rol valorado en la sociedad. Cuando
los jóvenes tienen dificultades para decidirse por una identidad ocupacional —o cuando sus oportunidades se ven artificialmente limitadas— están en riesgo de presentar conductas
con graves consecuencias negativas, como la actividad delictiva. Según Erikson, la moratoria psicosocial,
la pausa que proporciona la adolescencia, permite a los jóvenes buscar causas
con las que puedan comprometerse. Los adolescentes que resuelven
satisfactoriamente la crisis de identidad desarrollan la virtud de la fidelidad, es decir, lealtad, fe, o un
sentido de pertenencia a un ser querido o a los amigos o compañeros. La fidelidad también puede ser una identificación con un conjunto de valores, una
ideología, una
religión, un
movimiento político, una
empresa creativa o un grupo étnico (Erikson, 1982). La fidelidad es una extensión de la confianza.
En la infancia, es importante confiar en los demás para superar la desconfianza;
en la adolescencia adquiere valor ser digno de confianza. Los adolescentes
extienden su confianza a los mentores y seres queridos. Al compartir
pensamientos y sentimientos, el adolescente vislumbra una identidad tentativa
cuando la ve reflejada en los ojos del ser querido. Sin embargo, esas
intimidades adolescentes difieren de la intimidad madura, la cual implica
responsabilidad, sacrificio y compromiso. Erikson consideró que el principal
peligro de esta etapa era la confusión de identidad o de roles, que puede
demorar en gran medida la obtención de la adultez psicológica. (Él mismo no
resolvió su crisis de identidad hasta los 25 o 26 años). Cierto grado de confusión
de la identidad es normal. De acuerdo con Erikson, eso explica la naturaleza en
apariencia caótica de buena parte de la conducta del adolescente y su dolorosa
timidez.
ADULTEZ EMERGENTE Y
ADULTEZ TEMPRANA
Sexta etapa
Las decisiones personales que se toman en la adultez
emergente y la adultez temprana trazan un marco para el resto de la vida. En
este capítulo vamos a examinar las decisiones que enmarcan la vida personal y
social: adoptar un estilo de vida sexual, casarse, cohabitar, o escoger la
soltería; tener o no tener hijos y trabar y cultivar amistades.
Todo adulto necesita ayuda,
afecto, protección [...] aunque sus necesidades difieren en muchos sentidos de
las de los niños, en otros aspectos son semejantes.
—Erich Fromm, The Sane Society,
1955.
INTIMIDAD VS AISLAMIENTO
Sexta etapa del desarrollo
psicosocial de Erikson, en la que los adultos tempranos establecen vínculos
sólidos y duraderos con amigos, parejas románticas o encaran un posible sentido
de aislamiento y ensimismamiento.
La sexta etapa del desarrollo psicosocial de Erikson es
intimidad frente al aislamiento. Si quienes transitan por ella no pueden
establecer compromisos personales profundos con los demás, decía Erikson,
corren el riesgo de aislarse y ensimismarse. Sin embargo, necesitan algún grado
de aislamiento para reflexionar sobre su vida. Al tiempo que resuelven las
exigencias contradictorias de intimidad, competitividad y distancia, desarrollan
un sentido ético que Erikson consideraba la nota distintiva del adulto. Las relaciones íntimas exigen sacrificios y
compromisos. Los adultos tempranos que desarrollaron un sentido sólido del
yo están listos para fundir su
identidad con la de otra persona (como dijimos, para muchas personas, la
formación de la identidad se extiende a los años adultos, y por eso, según
Erikson, también se pospone la consecución de la intimidad). La resolución de
esta etapa da por resultado la virtud del amor: la devoción mutua entre parejas
que decidieron compartir su vida, tener hijos y ayudar a éstos a lograr un
desarrollo sano. Según Erikson, la decisión de no cumplir el impulso natural de
procrear tiene graves consecuencias para el desarrollo. Su teoría ha sido criticada
por excluir a los solteros, célibes, homosexuales y personas sin hijos de su
concepción de desarrollo sano, además de tomar como norma el patrón masculino
de desarrollo de la intimidad después de la identidad.
ADULTEZ MEDIA
Séptima
etapa
Aceptar toda la experiencia como
materia prima de la cual el espíritu humano extrae significados y valores es
parte de lo que significa madurar.
—Howard Thurman, Meditations of
the Heart, 1953.
GENERATIVIDAD VS ESTANCAMIENTO
Séptima etapa del desarrollo
psicosocial postulado por Erikson, en la que el adulto de edad media se
interesa por tener alguna influencia en la siguiente
generación brindándole ayuda y orientación para que logre establecerse. En esta
etapa, el adulto también puede experimentar estancamiento (un sentido de
inactividad o desánimo).
Erikson la describió como un giro al exterior. Afirmaba que
los años alrededor de los 40 constituían el momento en que la gente ingresa a
su séptima etapa normativa, generatividad frente a estancamiento. La
generatividad, según la definición de Erikson, es el interés de los adultos
maduros por orientar y ayudar a la siguiente generación a que logre
establecerse, la perpetuación de uno mismo por medio de la influencia que se
ejerce en los más jóvenes. La gente que no encuentra una salida para la
generatividad se ensimisma, se vuelve demasiado indulgente consigo misma o se estanca
(se torna inactiva o apagada). La virtud de este periodo es el interés en los
demás: “un compromiso cada vez mayor por hacerse cargo de las personas, los
objetos y las ideas por las que se ha aprendido a interesarse” (Erikson, 1985). La teoría e investigación posteriores han apoyado y ampliado las
opiniones de Erikson.
ADULTEZ TARDÍA
Octava
etapa
Todavía existe un hoy y los
sueños revitalizan el mañana: la vida nunca envejece.
—Rita Duskin, “Haiku”, Sound and
Light, 1987.
INTEGRIDAD DEL YO VS DESESPERANZA
De acuerdo con Erikson, la octava y
última etapa del desarrollo psicosocial, durante la cual las personas en la
adultez tardía logran un sentido de integridad del sí mismo al aceptar la vida
que han vivido y, por ende, al aceptar la muerte, o ceden al sentimiento de
desesperanza ante la imposibilidad de cambiar hechos de su vida pasada.
Para Erikson, el logro mayor de la adultez tardía es el
sentido de integridad del yo, o integridad del sí mismo, un logro basado en la
reflexión sobre la propia vida. En la octava
y última
etapa del ciclo de vida, integridad del yo frente a la desesperanza, los
adultos mayores necesitan evaluar y aceptar su vida para poder aceptar la
muerte. Con base en los resultados de las siete etapas previas, se esfuerzan
por lograr un sentido de coherencia y plenitud en lugar de ceder a la
desesperanza por su incapacidad para cambiar el pasado (Erikson, Erikson y
Kivnick, 1986). La gente que tiene éxito en esta última tarea integrativa
adquiere un sentido del significado de su vida dentro del orden social mayor. La
virtud que puede desarrollarse durante esta etapa es la sabiduría, un “interés informado y desapegado por la vida
cuando se encara la propia muerte” (Erikson, 1985). La sabiduría, decía
Erikson, significa
aceptar la vida que uno ha vivido, sin remordimientos importantes: sin pensar
demasiado en los “debería haber hecho” o los “podría haber sido”. Significa aceptar la imperfección del sí mismo, de los padres, de los hijos y
de la vida. Aunque la integridad debe superar a la desesperanza para que esta
etapa se resuelva con éxito, Erikson sostenía que sentir desesperanza es
inevitable. Las personas necesitan llorar, no sólo por sus desdichas y
oportunidades perdidas sino también por la vulnerabilidad y fugacidad de la
condición humana.
En el siguiente vídeo se explicara de forma mas detallada las 8 etapas: